¡Oh santísimo Padre nuestro... que estás en el cielo!: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para el conocimiento, porque tú, Señor, eres luz; inflamándolos para el amor, porque tú, Señor, eres amor; habitando en ellos y colmándolos para la bienaventuranza, porque tú, Señor, eres sumo bien, eterno bien, de quien viene todo bien, sin quien no hay ningún bien (ParPN 1-2).
Fuente: Directorio Franciscano - Año Cristiano Franciscano
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