miércoles, 29 de febrero de 2012

Evangelio de Hoy

Evangelio: Lucas 11,29-32

"A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás"

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás."

Hacia Dios por la penitencia (X)

Por Kajetan Esser, o.f.m.


Orientaciones prácticas (II)


No podemos olvidar que aun cuando hiciéramos lo que exige la vida de penitencia, ante Dios no somos sino siervos inútiles. No en vano recalca repetidas veces Francisco que hemos de ser salvos «por sola su misericordia» y «por sola su gracia». No podemos hacer de la ascética un sistema autónomo que impida las relaciones entre el amor misericordioso de Dios y los hombres. Esto aparece con particular claridad en la idea que en este contexto juega, según Francisco, un papel considerable: la «discretio», la discreción.

Pensamiento Franciscano

En su Saludo a las Virtudes, dice san Francisco: «¡Salve, reina sabiduría!, el Señor te salve con tu hermana la santa pura sencillez. ¡Señora santa pobreza!, el Señor te salve con tu hermana la santa humildad. ¡Señora santa caridad!, el Señor te salve con tu hermana la santa obediencia. ¡Santísimas virtudes!, a todas os salve el Señor, de quien venís y procedéis. El que tiene una y no ofende a las otras, las tiene todas. Y el que ofende a una, no tiene ninguna y a todas ofende» (SalVir 1-4 y 6-7).

martes, 28 de febrero de 2012

Evangelio de Hoy

Evangelio: Mateo 6,7-15

"Vosotros rezad así"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas."

Hagamos penitencia y padezcamos con Cristo

De un sermón de san Buenaventura

La cruz, horrible en sí misma, especialmente antes de morir Cristo en ella, debemos, con todo, desearla, porque vivifica nuestra existencia. Todos anhelan y quieren la vida perenne; no hay persona tan descastada que no la desee y la busque. Los pecadores también la quieren, pero indebidamente, porque desean disfrutar de ella sin desprenderse de sus malos hábitos y placeres.

Hacia Dios por la penitencia (IX)

Por Kajetan Esser, o.f.m.

Orientaciones prácticas (I)

Por lo que se refiere a la práctica de la penitencia, debemos dejar bien sentado que san Francisco se muestra muy parco al hablar de las obras concretas de mortificación y penitencia. En lugar de señalar orientaciones precisas y puntos particulares, prefiere hacer hincapié en las disposiciones fundamentales del hombre. Por amor de Dios y de su Reino, el hombre debe renunciar a sí mismo y mortificar los deseos del propio yo. Acerca de esto no hay duda alguna en Francisco. El problema viene cuando se trata del modo de llevar a cabo esta orientación en casos y en vidas concretas. Francisco lo deja a la «inspiración divina», y así evita el poner trabas de antemano a la libre acción de la gracia. Por eso encontramos tan pocos detalles concretos sobre la materia en Francisco.

Pensamiento Franciscano

De las cartas de santa Clara a santa Inés: -Mira a Cristo pobre hecho despreciable por ti y síguelo, hecha tú despreciable por Él en este mundo. Reina nobilísima, mira atentamente, considera, contempla, deseando imitarlo, a tu Esposo, el más hermoso de los hijos de los hombres, que, por tu salvación, se ha hecho el más vil de los hombres, despreciado, golpeado y flagelado de múltiples formas en todo su cuerpo, muriendo en medio de las mismas angustias de la cruz (2CtaCl 19-20).

lunes, 27 de febrero de 2012

Evangelio de Hoy

Evangelio: Mateo 25,31-46

"Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.  Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. 


Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."

Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna."

Hagamos penitencia y padezcamos con Cristo


De un sermón de san Buenaventura

La cruz, horrible en sí misma, especialmente antes de morir Cristo en ella, debemos, con todo, desearla, porque vivifica nuestra existencia. Todos anhelan y quieren la vida perenne; no hay persona tan descastada que no la desee y la busque. Los pecadores también la quieren, pero indebidamente, porque desean disfrutar de ella sin desprenderse de sus malos hábitos y placeres.

Hacia Dios por la penitencia (VIII)

Por Kajetan Esser, o.f.m.

Realización del Reino de Dios

Todo lo referente al «Espíritu del Señor» no acaece en consideración a la perfección individual del cristiano, sino que está ordenado a la venida del Reino de Dios. No en vano el capítulo de la primera Regla que trata de los preceptos acerca del ayuno, viene encabezado por las palabras del Señor: «Esta ralea de demonios no puede salir más que a fuerza de ayuno y oración» (1 R 3,1). Y es que el hombre se introduce en el servicio para la realización del Reino de Dios con la propia renuncia y penitencia -implicadas en la oración y el ayuno-; Reino de Dios que puede irse expandiendo por todas partes a condición de que sea vencida la influencia demoníaca.

Pensamiento Franciscano

Dice san Francisco en su Regla: -Amemos todos con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza y fortaleza, con todo el entendimiento, con todas las fuerzas, con todo el esfuerzo, con todo el afecto, con todas las entrañas, con todos los deseos y voluntades al Señor Dios, que nos dio y nos da a todos nosotros todo el cuerpo, toda el alma y toda la vida, que nos creó, nos redimió y por sola su misericordia nos salvará; que a nosotros..., ingratos y malos, nos hizo y nos hace todo bien (1 R 23,8).

domingo, 26 de febrero de 2012

Cuaresma… primavera de la tierra y de nuestros corazones


Por Rubén Antonio González Medina, cmf. Obispo de Caguas

Ha llegado la Cuaresma, y de nuevo la Iglesia nos exhorta a volver nuestra mirada al misterio del corazón de nuestra fe, al misterio de la vida, muerte y resurrección de Jesús y también al misterio de nuestra vida, muerte y resurrección con Jesús.

1er. Domingo de Cuaresma, 26 de febrero de 2012

Santoral


Lecturas de la Liturgia

Primera Lectura: Génesis 9,8-15
"El pacto de Dios con Noé salvado del diluvio"

Salmo Responsorial: 24
"Tus sendas, Señor, son mi misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza."

Segunda Lectura: I Pedro 3,18-22
"Actualmente os salva el bautismo"

Evangelio: Marcos 1,12-15
"Se dejaba tentar por Satanás, y los ángeles le servían"

Para acceder a las Lecturas presione AQUI

Hacia Dios por la penitencia (VII)


Por Kajetan Esser, o.f.m.

El «Espíritu del Señor»

La propia negación es obra de la gracia y se traduce en liberación del hombre de sí mismo y en disponibilidad creciente respecto de Dios. Pero, repetimos, esto no puede ser fruto de las propias fuerzas. Es necesario que el Espíritu del Señor le llene de su presencia y establezca en él su morada. Sólo una colaboración íntima entre Dios y el hombre podrá domar el espíritu de la carne, el egoísmo, para que el Espíritu del Señor se erija desde entonces en su mentor y guía. «El Espíritu del Señor quiere que la carne sea mortificada y despreciada, tenida por vil y abyecta. Y se afana por la humildad y la paciencia, y la pura y simple y verdadera paz del espíritu. Y siempre desea, más que nada, el temor divino y la divina sabiduría, y el divino amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (1 R 17,14-16).

Pensamiento Franciscano


Del Testamento de san Francisco: «El Señor me dio el comenzar a hacer penitencia... Y el Señor mismo me condujo entre los leprosos... Y el Señor me dio una tal fe en las iglesias, que así sencillamente oraba y decía: Te adoramos, Señor Jesucristo... Después, el Señor me dio y me da tanta fe en los sacerdotes que viven según la forma de la santa Iglesia Romana... Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me ensañaba qué debería hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debería vivir según la forma del santo Evangelio... El Señor me reveló que dijésemos el saludo: El Señor te dé la paz» (Test 1.2.4.5.6.14.23).

sábado, 25 de febrero de 2012

La Cuaresma, Camino hacia la Pascua

¡El Señor os de la Paz!  Quiero compartir con ustedes, mis hermanos, este texto de nuestro Beato Juan Pablo II, que nos invita a la reflexión en estos días al comienzo de la Cuaresma. El texto fue escrito por su Santidad en la Cuaresma de 1979 y hoy sus palabras, inspiradas por el Espíritu Santo, tiene la misma fuerza esperanzadora y de conversión que nos lleva a cada uno de nosotros a vivir la Pascua.  Les invito a la reflexión...

Evangelio de Hoy

Evangelio: Lucas 5,27-32

"No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan"

En aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: "¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?" Jesús les replicó: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan."

Hacia Dios por la Penitencia (VI)


Por Kajetan Esser, o.f.m.

La «verdadera obediencia»

El misterio de la pobreza pretende, en definitiva, dejar paso libre al Espíritu del Señor, para que pueda posesionarse plenamente del hombre. Efectivamente, quien goza del Espíritu del Señor, sólo tiene un deseo: «Que se cumpla misericordiosamente en él la voluntad del Padre celestial» (1 Cel 92). Por eso, dirá con toda razón Francisco: «Abandona todo lo que posee y pierde su cuerpo aquel que se entrega a sí mismo totalmente a la obediencia en manos de su prelado» (Adm 3,3); C. Andresen dirá a propósito de estas palabras: «La obediencia consiste en el despojamiento de uno mismo». Esta doctrina profunda aparece en su Carta a un ministro. Este se había dirigido a Francisco pidiéndole que le relevara de su cargo, ya que, a su juicio, las dificultades del oficio le impedían amar exclusivamente a Dios. Por tal motivo deseaba retirarse a un eremitorio, para así amar y servir a Dios lejos de la agitación diaria. Francisco, con la osadía de quien abandonó todas las cosas para encontrarlas de nuevo en Dios, le responde:

Pensamiento Franciscano

«Los judíos, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado..., pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua» (Jn 19,31-34).

viernes, 24 de febrero de 2012

Evangelio de Hoy

Evangelio: Mateo 9,14-15


"Cuando se lleven al novio, entonces ayunarán"


En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?" Jesús les dijo: "¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán."

Hacia Dios por la penitencia (V)


Por Kajetan Esser, o.f.m.

Vida «sin nada propio» (II)


Evidentemente, el camino que lleva a la experiencia de Dios pasa por la penitencia. Difícilmente podríamos expresarnos mejor que el mismo Francisco: «Dichosos los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Son verdaderamente de corazón limpio los que desprecian lo terreno, buscan lo celestial y nunca dejan de adorar y contemplar al Señor Dios vivo y verdadero con corazón y ánimo limpio» (Adm 16). «Dijo Francisco una vez que el clérigo encumbrado, cuando venía a la orden, debía renunciar, en cierto modo, a la ciencia misma, para ofrecerse, expropiado de esa posesión, desnudo en los brazos del Crucificado... Quisiera que el hombre de letras me hiciese esta demanda de admisión: "Hermano, mira que he vivido por mucho tiempo en el siglo y no he conocido bien a mi Dios"» (2 Cel 194). Sólo después que se haya apartado de todo bien propio, comenzará a conocer en verdad a Dios, a amarlo y servirlo.

Un ejemplo de apostolado parroquial

Del Decreto de beatificación de la Sierva de Dios Josefa Naval Girbés



Como las parroquias «de alguna manera representan a la Iglesia visible establecida por la tierra», la Sierva de Dios tuvo a su parroquia como Madre en la fe y en la gracia y, en cuanto tal, la amó y la sirvió con humildad y espíritu de sacrificio. Por ello, mostraba sincera veneración a su párroco y se confió a su dirección espiritual; atendía a la confección, conservación y limpieza del ajuar litúrgico y el adorno de los altares; todos los días acudía a la iglesia parroquial para participar en el sacrificio eucarístico, pero se distinguió, sobre todo, por su apostolado inteligente y fecundo, que siempre desarrolló de acuerdo con sus pastores, hacia los cuales profesaba absoluto respeto y obediencia.

Pensamiento Franciscano

Dice san Francisco: -Bienaventurado aquel religioso que no encuentra placer y alegría sino en las santísimas palabras y obras del Señor, y con ellas conduce a los hombres al amor de Dios con gozo y alegría. ¡Ay de aquel religioso que se deleita en las palabras ociosas y vanas y con ellas conduce a los hombres a la risa! (Adm 20).

jueves, 23 de febrero de 2012

Evangelio de Hoy

Evangelio: Lucas 9,22-25

"El que pierda su vida por mi causa la salvará"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día." Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?"

Hacia Dios por la penitencia (IV)


Por Kajetan Esser, o.f.m.

Vida «sin nada propio» (I)

¿Adónde conduce, «contando con la gracia del Omnipotente», el camino de renuncia de sí mismo y de penitencia?

En esta forma de vida se realiza el ideal franciscano de «vivir sin nada propio», con lo que el hermano menor se convierte ante Dios en un expropiado voluntario. En Francisco la pobreza interior y exterior es la forma básica de todo comportamiento religioso en general. Veamos, por ejemplo, con qué sencillez se expresa en el Saludo a las virtudes: «Nadie hay absolutamente en el mundo entero que pueda poseer a una de vosotras si antes no muere» (SalVir 5). Morir significa aquí negarse a sí mismo, no retener nada para sí, ser enteramente puro, vivir en pobreza interior y exterior. Sólo en esta muerte puede llegar a consumarse nuestra vida religiosa, nuestra vida de entrega absoluta a Dios. Sólo a través de esa desapropiación y desprendimiento, sólo a través de esa pobreza, será posible hacer vacío en nosotros mismos para que libremente y sin obstáculo pueda derramarse el amor de Dios:

Pensamiento Franciscano

Dice san Francisco: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Hay muchos que, perseverando en oraciones y oficios, hacen muchas abstinencias y mortificaciones corporales, pero, por una sola palabra que les parezca injuriosa para sus cuerpos o por alguna cosa que se les quite, escandalizados enseguida se perturban. Estos no son pobres de espíritu, porque quien es de verdad pobre de espíritu, se tiene en menos a sí mismo y ama a aquellos que lo golpean en la mejilla (Adm 14).

miércoles, 22 de febrero de 2012

¿A quién obliga el ayuno y la abstinencia?

Hasta los 14 años cumplidos: no hay obligación de guardar ayuno ni abstinencia.

Desde los 14 y hasta los 18 años (mayoría de edad canónica): Existe la obligación de guardar la abstinencia de carne o de otro alimento todos los viernes del año, salvo si coincide con solemnidad.

Desde los 18 hasta los 59 años cumplidos: existe la obligación de abstenerse de tomar carne u otro alimento los días indicados anteriormente y de ayunar el miércoles de ceniza y el viernes santo.

Desde los 59 años de edad: desaparece la obligación de ayunar, pero subsiste la obligación de abstenerse de la carne u otro alimento.
Es muy importante también, cuidar la formación de un auténtico espíritu de penitencia junto con las prácticas del ayuno y la abstinencia.

Ayuna de... 


Iniciamos la Cuaresma.  Tiempo de preparación, tiempo deconversión.  Vivamos esta Cuaresma de una manera especial.

  • Ayuna de juzgar a otros; llénate del Cristo que vive en ellos.
  • Ayuna de palabras hirientes; llénate de frases que purifican.
  • Ayuna de descontento; llénate de gratitud.
  • Ayuna de enojos; llénate de paciencia.
  • Ayuna de pesimismo; llénate de optimismo. 
  • Ayuna de preocupaciones; llénate de confianza en Dios.
  • Ayuna de quejarte; llénate de apreciar lo que te rodea.
  • Ayuna de las presiones que no cesan; llénate de una oración que no cesa.
  • Ayuna de amargura; llénate de perdón.
  • Ayuna de la importancia de ti mismo; llénate de compasión por los demás.
  • Ayuna de ansiedad personal; llénate de esperanza eterna en Cristo crucificado.
  • Ayuna de desaliento; llénate de esperanza.
  • Ayuna de pensamientos de debilidad; llénate de las promesas que inspiran.
  • Ayuna de todo lo que te separe de Jesús; llénate de todo lo que a El te acerque.

¿Qué significa el Miércoles de Ceniza?

El Miércoles de Ceniza la Iglesia marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de preparación a la Pascua que termina el Jueves Santo después de mediodía, recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna.

Al momento de la imposición de la ceniza sobre nuestras cabezas, el sacerdote nos recuerda las palabras del Génesis, después del pecado original: “Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir”, que recuerdan a los fieles tres verdades fundamentales: su nada, su condición de pecadores y la realidad de la muerte.

El Miércoles de Ceniza obliga a guardar ayuno, abstenerse de comer carne y se recomienda participar en la liturgia de la imposición de la ceniza.

Bendíceme, Señor


Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.

Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y la palabrería,
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.

Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncie palabras que alivian,
que nunca traicione confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.

Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo de tu Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.

Dios mío, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

Hacia Dios por la penitencia (III)

Por Kajetan Esser, o.f.m.

La oración de abandono

La vida de renuncia y mortificación se nutre permanentemente, y es al mismo tiempo su efecto y su fruto, de la oratio devota, de la oración incesante de abandono, en la que el hombre se confía todo él en manos de Dios. La piedad antropocéntrica intenta, incluso en la oración, atrapar a Dios; en casos límites, trata de hacer de Dios un servidor del hombre. El verdadero cristiano, en cambio, por la oración se va poniendo del lado de Dios y se va haciendo cada vez más siervo de Dios. Francisco interpretaba la oración como conversación, en las formas más variadas, de todas las fibras del corazón en holocausto. Abandonábase a Dios en ella sin reserva alguna; y de tal manera se ponía a disposición de Dios que era «todo él no ya sólo orante, sino oración» (2 Cel 95).

La Cátedra de San Pedro




Esta fiesta se celebra desde la antigüedad para poner de manifiesto la unidad de la Iglesia, fundada en la persona del apóstol Pedro, primer obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal. El ministerio que ejercía el Apóstol, desde la Cátedra (la palabra "cátreda" significa el asiento elevado, desde donde el maestro da lección a los discípulos), estaba simbolizado por un sillón solemne, de distintos materiales según las épocas. Esta veneranda reliquia se conserva ahora en el ábside de la basílica del Vaticano, y la componen unas sencillas tablas de madera que, desde muy antiguo, están forradas con láminas historiadas de marfil. El arte de Bernini la metió en un colosal relicario, con lo que el Papa no puede sentarse en ella, como hicieron los pontífices durante siglos, aunque conserva todo su simbolismo, y es lo que celebramos.

Oración: Dios todopoderoso, no permitas que seamos perturbados por ningún peligro, tú que nos has afianzado sobre la roca de la fe apostólica. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Pensamiento Franciscano

«¡En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo! Esta es la vida del Evangelio de Jesucristo, que el hermano Francisco pidió al señor Papa que se la concediera y confirmara; y él se la concedió y confirmó para sí y para sus hermanos, presentes y futuros. El hermano Francisco y todo el que sea en el futuro cabeza de esta religión, prometa obediencia y reverencia al señor papa Inocencio y a sus sucesores» (1 R Prol 1-3).

Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2012


«Fijémonos los unos en los otros 
para estímulo de la caridad y las buenas obras» (Hb 10, 24)

Queridos hermanos y hermanas

La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.

Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal.

martes, 21 de febrero de 2012

Evangelio de Hoy

Evangelio: Marcos 9,30-37

"El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos"


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará." Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: "¿De qué discutíais por el camino?" Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos." Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado."

Hacia Dios por la penitencia (II)

Por Kajetan Esser, o.f.m.

Participación en el sacrificio de Cristo

La vida tras las huellas del Crucificado -«el verdadero amor de Cristo había transformado al amante en fiel imagen de Él» (2 Cel 135)-, Francisco la ve reproducida de forma siempre nueva en la participación sacramental del sacrificio de la santa misa, pues en ésta encuentra un permanente impulso para renovar la imitación de Cristo: «Como tenía en gran reverencia lo que es digno de toda reverencia, ofrecía el sacrificio de todos los miembros, y al recibir al Cordero inmolado inmolaba también el alma en el fuego que le ardía de continuo en el altar del corazón» (2 Cel 201).

Tras la tristeza, espera con alegría el gozo


De las cartas de san Pedro Damián (Libro 8, 6)

Me has pedido, dilectísimo hermano, que te transmita por carta unas palabras de consuelo capaces de endulzar tu corazón, amargado por tantos sufrimientos como te afligen.

Pero si tu inteligencia está despierta, a mano tienes el consuelo que necesitas, pues la misma palabra divina te instruye como a hijo, destinado a obtener la herencia. Medita en aquellas palabras: Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé valiente.

Pensamiento Franciscano

Santa Clara escribió a santa Inés de Praga: -Hermana carísima, esposa y madre y hermana de mi Señor Jesucristo, confortaos en el santo servicio comenzado con el deseo ardiente del pobre Crucificado, el cual soportó la pasión de la cruz por todos nosotros, librándonos del poder del príncipe de las tinieblas y reconciliándonos con Dios Padre (1CtaCl 12-14).