Los cristianos no podemos vivir sin alimentarnos de Cristo porque Él es el pan y la vida. Por ello nos alimentamos de su amor, de su perdón y de su promesa divina de la vida eterna mediante su Palabra.
Te invito a que todos los días visites este espacio para que, no solo leas la Palabra, sino que la vivas en ti y la compartas con los demás mediante tu amor, tu bondad, tu perdón y misericordia.
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna...” (Jn 6, 68)
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