María, madre de nuestro
Señor Jesucristo
Escuchando
la voz del ángel y obedeciendo la propuesta de Dios, María se convierte en
madre de Jesús. Como las palabras «hija» y «esclava», así también «madre»
permanece en el Saludo a la bienaventurada Virgen María sin añadiduras
ornamentales o calificativas como «querida» o «santa». La calificación de madre
lo dice todo: madre de Dios, madre de nuestro santísimo Señor. El Hijo supera a
la madre, en cuanto viene llamado «santísimo» y «Señor nuestro». No es
solamente el Señor de María, sino también el de todos nosotros. Ya en el mismo
momento de la concepción, en el que María se convierte en madre, el niño
pertenece a todos y es el Señor.