Decía
san Francisco: Aunque fueras más hermoso y rico que todos, y aunque hicieras
maravillas y ahuyentaras a los demonios, todas estas cosas te son contrarias, y
nada te pertenece, y no puedes en absoluto gloriarte en ellas. Por el
contrario, en esto podemos gloriarnos: en nuestras flaquezas y en llevar a
cuestas a diario la santa cruz de nuestro Señor Jesucristo (Adm 5,7-8).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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