En 1209,
san Francisco hizo escribir la "forma de vida" o regla que el Señor
le había inspirado y que se componía sobre todo de breves fragmentos
evangélicos. En la primavera de aquel mismo año, el Santo y sus once primeros
compañeros se trasladaron a Roma y obtuvieron del papa Inocencio III que se la
aprobara verbalmente, con lo que nacía en la Iglesia un nuevo género de vida,
una nueva Orden. San Francisco, en su Testamento, relata así el acontecimiento:
«Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me ensañaba qué debería hacer,
sino que el Altísimo mismo me reveló que debería vivir según la forma del santo
Evangelio. Y yo hice que se escribiera en pocas palabras y sencillamente, y el
señor Papa me lo confirmó». Recordando ese hecho trascendental, la familia de
san Francisco renueva el 16 de abril su profesión en la vida franciscana.
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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