lunes, 1 de abril de 2013

Pensamiento Franciscano


En la Admonición "Hay que esconder el bien para que no se pierda", dice san Francisco: «Bienaventurado el siervo que atesora en el cielo los bienes que el Señor le muestra, y no ansía manifestarlos a los hombres con la mira puesta en la recompensa, porque el Altísimo en persona manifestará sus obras a todos aquellos a quienes le plazca. Bienaventurado el siervo que guarda en su corazón los secretos del Señor» (Adm 28).

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