Dice san
Francisco en su Carta a los fieles: «Aquel a quien se ha encomendado la
obediencia [la autoridad] y es tenido como el mayor, sea como el menor y siervo
de los otros hermanos. Y haga y tenga para con cada uno ellos la misericordia
que querría se le hiciera a él, si estuviese en un caso semejante. Y no se
irrite contra el hermano por el delito del mismo, sino que, con toda paciencia
y humildad, amonéstelo benignamente y sopórtelo» (2CtaF 41-44).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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