Ama totalmente
-escribe santa Clara a santa Inés- a Aquel que por tu amor se entregó todo
entero... A Aquel, el Hijo del Altísimo, a quien la Virgen dio a luz, y después
de cuyo parto permaneció Virgen. Adhiérete a su Madre dulcísima, que engendró
tal Hijo, a quien los cielos no podían contener, y ella, sin embargo, lo acogió
en el pequeño claustro de su sagrado útero y lo llevó en su seno de doncella...
Por consiguiente, así como la gloriosa Virgen de las vírgenes lo llevó
materialmente, así también tú, siguiendo sus huellas, ante todo las de la
humildad y pobreza, puedes llevarlo espiritualmente en tu cuerpo casto y
virginal, conteniendo a Aquel que os contiene a ti y a todas las cosas (3CtaCl
15-26).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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