El papa Pablo VI quiso que, a partir de 1968,
se consagrara este día, el primero del año, a la reflexión y a la oración por
la paz, acompañándolas con un Mensaje dirigido ante todo a los jefes de Estado
y a los representantes de las naciones. Juan Pablo II y Benedicto XVI han
proseguido esta hermosa iniciativa, enviando cada año su mensaje.
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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