Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de
Dios, María, que eres virgen hecha Iglesia, y elegida por el santísimo Padre
del cielo, consagrada por Él con su santísimo amado Hijo y el Espíritu Santo
Paráclito, en la cual estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien
(SalVM 1-3).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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