[Murió el 26 de
mayo, pero la Familia franciscana celebra su memoria el 28 de mayo]
Nació en Quito
(Ecuador) el año 1618, en el seno de una familia piadosa y acomodada. Huérfana
desde la niñez, consagró a Dios su virginidad y, al no poder entrar en ningún
monasterio, emprendió en su casa una vida ascética, dedicada a la oración, el
ayuno y otros ejercicios piadosos. A la vez, se entregó con gozo y amor a la
ayuda espiritual de sus compatriotas sin distinción de raza ni color: enseñaba
el catecismo a los niños, visitaba a enfermos, socorría a pobres, consolaba a
las personas atribuladas, atendía las necesidades de los indígenas pobres y de
los negros, hubiera querido llevar la fe a los indios. Fue particularmente
devota de la Pasión de Cristo. Formada en el espíritu ignaciano, ingresó luego
en la Tercera Orden Franciscana. Además, fue lectora asidua de las obras de
santa Teresa de Jesús. Murió en Quito el 26 de mayo de 1645. Es patrona del
Ecuador.-
Oración: Señor, Dios de misericordia,
que hiciste florecer, junto con la virtud de la pureza, la austeridad de la
penitencia, como lirio entre espinas, en santa María Ana de Jesús, que vivió en
medio de un mundo corrompido, concédenos, por su intercesión, vernos libres de
los vicios de nuestro tiempo y tender a la perfección cristiana. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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