domingo, 3 de junio de 2012

Fiesta de la Santa Trinidad

Por Rubén Antonio González Medina, c.m.f., Obispo de la Diócesis de Caguas


Al celebrar la Fiesta de la Santa Trinidad conviene recordar lo que nos dice nuestro catecismo  en el número 234: "El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe" (DCG 43). "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con ellos" (DCG 47).

Nuestro catecismo nos presenta la Santa Trinidad, como el misterio fundamental de nuestra fe cristiana ante el cual tenemos que suspender nuestros razonamientos,  no se  tratar de penetrarlo o comprenderlo. Sino de contemplarlo, de experimentarlo, porque a Dios no se le explica, se le vive. La palabra "misterio" no  significa propiamente una realidad oscura e incomprensible, sino algo que no puede ser comprendido de manera inmediata y definitiva,  es una experiencia  que está siempre abierta a una mayor comprensión y penetración.

Por eso, contemplar el misterio de  la Santa Trinidad, es entrar en lo intimo del corazón de nuestro Dios y descubrirlo como; Padre - fuente de vida - Hijo - Presencia Salvadora,  Espíritu Santo, Amor que impulsa y guía. Contemplar al  Dios uno y trino es descubrir el manantial  de donde todo procede y a donde todo se encamina. "Porque en él vivimos, nos movemos y
existimos". Hechos 17.28.

Concluyo está breve reflexión con palabras de nuestro Beato Juan Pablo II; "Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo": "cada vez que proclamamos estas palabras, síntesis de nuestra fe, adoramos al único y verdadero Dios en tres Personas. Contemplamos con estupor este misterio que nos envuelve totalmente."

Que tu vida, como la de la Beata  Isabel de la Trinidad, Monja Carmelita, se convierta en alabanza, para gloria de la Santa Trinidad.


P. Rubén Antonio González Medina, c.m.f.
Obispo de la Diócesis de Caguas

1 comentario:

  1. muy claro tu comentario ya que es un tema de dificil de comprender y como tu lo dices hablar de nuestra propia vida es sentir que esta presente la santisima trinidad.
    Gracias.
    Alicia .desde uruguay.-pertenezco al la Parroquia Corazónde María Montevideo.

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