Dice san Francisco en su Regla: -Todos los hermanos guardémonos de toda soberbia y vanagloria. Y protejámonos de la sabiduría de este mundo y de la prudencia de la carne. Pues el espíritu de la carne quiere y se esfuerza mucho en tener palabras, pero poco en las obras; y no busca la religión y santidad en el espíritu interior, sino que quiere y desea tener una religión y santidad que aparezcan exteriormente a los hombres. Éstos son aquellos de quienes dice el Señor: En verdad os digo, recibieron ya su recompensa(1 R 17,9-13).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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