A través de toda la historia del hombre se extiende
una dura batalla contra los poderes de las tinieblas que, iniciada ya desde el
origen del mundo, durará hasta el último día , según dice el Señor. Inserto en esta lucha, el hombre debe
combatir continuamente para adherirse al bien, y no sin grandes trabajos, con
la ayuda de la gracia de Dios, es capaz de lograr la unidad en sí mismo (GS
37,2). (Nuevo Catecismo #407-409)
Reflexionemos…
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