Son los niños a quienes asesinó el rey Herodes
persiguiendo al Niño Jesús. El hecho nos lo refiere san Mateo. Nacido Jesús en
Belén, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde
está el Rey de los judíos que ha nacido?». El rey Herodes se sobresaltó, llamó
aparte a los magos y averiguó el tiempo de la aparición de la estrella que los
guiaba. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad, y cuando
encontréis al niño, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle». Ellos
llegaron a Belén, entraron en la casa, vieron al niño y, postrándose, le
adoraron. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a
su país por otro camino. Después el Ángel del Señor se apareció a José y le
dijo que huyera a Egipto. El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y
se retiró a Egipto. Herodes, al ver que había sido burlado, se enfureció y
envió a matar a todos los niños de Belén y de su comarca, de dos años para
abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.
Oración: Los mártires Inocentes proclaman tu gloria en este
día, Señor, no de palabra, sino con su muerte; concédenos, por su intercesión,
testimoniar con nuestra vida la fe que confesamos de palabra. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
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