Decía san Francisco
a los sacerdotes: -Oídme, hermanos míos: si la bienaventurada Virgen es tan
honrada, como es digno, porque llevó al Señor en su santísimo seno; si el
Bautista se estremeció y no se atrevía a tocar la cabeza santa de Dios; si el
sepulcro, en el que yació por algún tiempo, es venerado, ¡cuán santo, justo y
digno debe ser quien toca con sus manos, toma en su corazón y en su boca y da a
los demás para que lo tomen, al que ya no ha de morir, sino que ha de vivir
eternamente y ha sido glorificado! (CtaO 21-22).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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