domingo, 22 de julio de 2012

Pensamiento Franciscano

De la primera Regla de san Francisco: «Y mis hermanos benditos, tanto clérigos como laicos, confiesen sus pecados a sacerdotes de nuestra religión. Y si no pueden, confiésenlos a otros sacerdotes discretos y católicos, sabiendo firmemente y considerando que, de cualquier sacerdote católico que reciban la penitencia y absolución, serán sin duda alguna absueltos de sus pecados, si procuran cumplir humilde y devotamente la penitencia que les haya sido impuesta» (1 R 20,1-2)

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