Exhortación de san Francisco: «Bienaventurado el
siervo que, cuando habla, no manifiesta todas sus cosas con miras a la
recompensa, y no es ligero para hablar, sino que prevé sabiamente lo que debe
decir y responder. ¡Ay de aquel religioso que no guarda en su corazón los
bienes que el Señor le muestra, y no los muestra a los otros con obras, sino
que ansía más bien mostrarlos con palabras, con miras a la recompensa! Él
recibe con ello su recompensa, y los oyentes sacan poco fruto» (Adm 21).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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