Nació en Ávila (España) el año
1515. Mujer de excepcionales dotes de mente y de corazón, a los 18 años entró
en el Carmelo. A los 45, para responder a las gracias extraordinarias del
Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: «O sufrir o morir», y en la que
encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara. Entonces fundó el convento
de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España.
Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos
son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo
conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu
emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión
mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo.
Contribuyó a la renovación de la entera comunidad eclesial. Murió en Alba de
Tormes (Salamanca) el año 1582, la noche del 4 de octubre, convertida en 15 de
octubre por la reforma gregoriana del calendario. Pablo VI la declaró en 1970
Doctora de la Iglesia.
Oración: Señor, Dios nuestro, que por
tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el
camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros
el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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