Altísimo,
omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria
y el honor y toda
bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer
de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas... (Cánt 1-3).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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