Por Lázaro Iriarte, OFMCap
«Tú eres amor,
caridad»; así se expresa Francisco en las Alabanzas del Dios Altísimo y
en la Paráfrasis del Padrenuestro. Esta noción de Dios, dada por san
Juan, ha calado muy adentro en el ánimo del Poverello. Cuando quiere inculcar a
los hermanos algo que lleva muy en el corazón lo hace en estos términos:
«Suplico en la santa caridad, que es Dios». De forma similar lo dice en el
testamento lírico para Clara y las hermanas: «os ruego por el grande Amor...».
Siente el reclamo
del amor del Creador en toda manifestación de su bondad, en todo ser creado. Se
mira a sí mismo como puro don de ese amor infinito, que lo convirtió sacándolo
de los pecados, que le mostró la vía evangélica, le dio hermanos y lo llenó de
su gracia... Por eso su piedad es una respuesta gozosa de puro amor. El amor es
la atmósfera en que se mueve su contemplación, el sello de su piedad, la ley
primera de la fraternidad y el mensaje fundamental que los hermanos menores han
de llevar al mundo, como lo dejó escrito en el capítulo 23 de la primera Regla:
«Amemos todos con
todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza y
firmeza, con todo el entendimiento, con todas las energías, con todo el empeño,
con todo el afecto, con todas las entrañas, con todos los deseos y anhelos, al
Señor Dios, que a todos nosotros nos ha dado y nos da todo el cuerpo, toda el
alma y toda la vida, que nos ha creado, nos ha redimido y, por sola su
misericordia, nos salvará, que nos ha hecho y nos hace todo bien...» (1 R
23,8).
Se estremecía con
sólo oír mencionar el amor de Dios. «Súbitamente se excitaba, se
conmovía, se inflamaba, como si al sonido de la voz exterior vibrasen las
fibras interiores de su corazón... Y, lleno de afecto, decía: ¡Mucho se ha de
amar el amor de quien tanto nos ha amado!». Meditaba y glosaba el primero y más
grande mandamiento: Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma...;
y pedía poder «emplear todas sus energías y todos los sentidos del alma y del
cuerpo exclusivamente al servicio del amor de Dios, en amar al prójimo y en
atraer a todos al amor del Señor» (ParPN 5). No sabía rehusar nada que se le
pidiera por amor de Dios, y era arriesgado usar esta fórmula hablando con él
(LP 90).
«Todo seráfico en
ardor», definirá Dante a Francisco, aludiendo al distintivo que ya entonces se
aplicaba a la familia franciscana: llamada a representar en la Iglesia la
función que se atribuye a los serafines en el cielo de arder ante Dios en amor.
Todo lo franciscano ha venido recibiendo el calificativo de seráfico.
Las oraciones
personales del Poverello han vuelto a ser de actualidad. La inspiración
eminentemente bíblica, fruto de la detenida contemplación de los misterios
revelados, y la unción singular que las anima, sin ceder al sentimentalismo,
les comunican perennidad. Te invito, hermano, a identificarte silenciosamente
con algunas de ellas: el capítulo 23 de la Regla no bulada, la Paráfrasis
del Padrenuestro, las Alabanzas del Dios Altísimo, el Saludo a la
Virgen María... Detente, de modo especial, en el estribillo personalísimo
que aparece hasta cinco veces: «Tú eres el bien, todo bien, sumo bien, fuente
de todo bien...». Para quien vive, como Francisco, la opción de la pobreza
radical, resulta particularmente grato descubrir en Dios el BIEN total, «toda
nuestra riqueza a saciedad» (AlD 5).
De santa Clara no
nos han llegado oraciones personales, pero sus escritos delatan la elevación y
el ardor de sus contemplaciones amorosas, en especial de su amor esponsal a
Cristo. En su pedagogía con las jóvenes formandas les enseñaba, ante todo, a
«amar a Dios sobre todas las cosas» (Proc 10,2). Se veía a sí misma como un don
del amor creador y santificador de Dios, un amor tiernamente materno. Las
hermanas le oyeron alentar a su alma, antes de su muerte, con estas palabras:
«Parte segura y en paz, al encuentro de aquel que te creó, te santificó y puso
en ti al Espíritu Santo, y siempre ha tenido cuidado de ti como una madre del
hijo que ama» (Proc 3,20).
[L. Iriarte, Ejercicios
espirituales, Valencia 1998, pp. 83-85]
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