Comienza así el
Testamento de san Francisco: -El Señor me dio de esta manera a mí, hermano
Francisco, el comenzar a hacer penitencia: porque, como estaba en pecados, me
parecía extremadamente amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo
entre ellos, y yo practiqué la misericordia con ellos. Y al apartarme de los
mismos, aquello que me parecía amargo, se me convirtió en dulzura del alma y
del cuerpo; y después me detuve un poco, y salí del siglo (Test 1-3).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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