El pecado original, en el que todos los hombres
nacen, es el estado de privación de la santidad y de la justicia
originales. Es un pecado
<contraído> no <cometido> por nosotros; es una condición de
nacimiento y no un acto personal. A
causa de la unidad de origen de todos los hombres, el pecado original se
transmite a los descendientes de Adán con la misma naturaleza humana, <no
por imitación sino por propagación>.
Esta transmisión es un misterio que no podemos comprender
plenamente. (Nuevo Catecismo #397-401)
Reflexionemos…
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