domingo, 18 de marzo de 2012

“Dios no envío a su Hijo al mundo para que se condenara, sino para para que él mundo se salvara por él”.

Por Rubén Antonio González Medina, cmf. Obispo de Cagua

“Dios no envío a su Hijo al mundo para que se condenara, sino para para que él mundo se salvara por él”.

Que hermosas palabras que llenan de tanto consuelo y dan ánimo aquel que por debilidad o ignorancia cae en las redes del pecado.  Dios es mucho mejor de lo que muchas personas piensan y nos dicen, hay personas que  con sus palabras a veces nos meten miedo  sobre Dios y  se empeñan en hablarnos de un Dios colérico y vengativo.

Jesús no habla de ese Dios, sino de un   Dios que es “ rico en misericordia” y que está siempre dispuesto a ayudar,  a curar, y a salvar. No podemos suponer a un Dios enojado que nos odia, si queremos ser fieles a la vida y palabras  de Jesús.

Ciertamente que hay que rechazar el mal, y el pecado, ahora bien, eso nunca nos puede llevar a odiar a los pecadores o a no querer dar la bienvenida a los que han fallado y están desorientados… a los que han perdido la ruta… y se acercan buscando una mano amiga, que les ayude y les acoja con amor.

Dios no quiere la perdición de nadie y Jesús  no fue como una “carta enojada” que Dios  mandó a sus hijos o hijas desobedientes. Todo lo contrario, es un “carta de amor” que nos envío. Porque, el Verbo se hizo carne para que pudiéramos caminar en la luz y tuviéramos una esperanza real de vivir eternamente felices.

Preparándonos para la Pascua, pidamos al Señor, que nos ayude a comprender la grandeza de su amor.


Rubén A. González Medina, cmf
Obispo de la Diócesis de Caguas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario