sábado, 31 de marzo de 2012

Pensamiento Franciscano

Decía san Francisco: «Bienaventurado el siervo que, cuando habla, no manifiesta todas sus cosas con miras a la recompensa, y no es ligero para hablar, sino que prevé sabiamente lo que debe hablar y responder. ¡Ay de aquel religioso que no guarda en su corazón los bienes que el Señor le muestra, y no los muestra a los otros con obras, sino que, con miras a la recompensa, ansía más bien mostrarlos con palabras! Él recibe su recompensa (cf. Mt 6,2.16), y los oyentes sacan poco fruto» (Adm 21).

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