domingo, 11 de marzo de 2012

“Y ahora, ¿qué ves?”

Por Rubén Antonio González Medina, cmf. Obispo de Cagua


En el Evangelio de hoy se narra una de las visita de Jesús al Templo.  Este episodio me ha llevado a reflexionar seria y serenamente sobre la verdad o la falsedad de mi fe.  Y han surgido unas preguntas que ciertamente me han hecho pensar...  ¿Qué me impide ver Dios? ¿Qué muros he levantado, visibles e invisibles, que me  imposibilitan un encuentro personal, reflexivo, auténtico y radical con el Señor?

Mientras trataba de encontrar las respuestas adecuadas que me diera serenidad, recordé una anécdota que leí y comparto contigo… a mí me ayudo a entender… espero que a ti también te ayude…

Cierto día, el Cardenal Weisman discutía con un inglés utilitarista sobre la existencia de Dios.  A los argumentos del gran sabio, respondía el inglés con mucha flema: “No lo veo, no lo veo”.  Entonces, el Cardenal tuvo un rasgo ingenioso.  Escribió en un papel la palabra “Dios”, y colocó sobre ella una moneda:
-“¿Qué ves?” –le preguntó.
-“Una moneda” –respondió.
-“¿Nada más?” – insistió el Cardenal.

Muy tranquilo, el Cardenal quitó la moneda, y preguntó:
-“Y ahora, ¿qué ves?”
-“Veo a Dios” –respondió el inglés.
- ¿Y qué es lo que te impide ver a Dios? ” –le preguntó de nuevo el Cardenal.
Y el inglés se calló como un muerto.

Creo que la clave de su silencio está, en que el dinero, el negocio, el afán lucrativo o ciertas acciones que desarrollamos, a veces nos pueden ensombrecer la persona de Jesús…


Rubén A. González Medina, cmf
Obispo de la Diócesis de Caguas

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