Por Rubén Antonio González Medina, cmf. Obispo de Caguas
Ha llegado la Cuaresma, y de nuevo la Iglesia nos
exhorta a volver nuestra mirada al misterio del corazón de nuestra fe, al
misterio de la vida, muerte y resurrección de Jesús y también al misterio de
nuestra vida, muerte y resurrección con Jesús.
En este primer domingo y orando con los textos de la
Palabra de Dios descubro que hoy se nos invita a ver lo que es aparentemente
salvaje y no redimido en nosotros, en nuestras vidas, familias, comunidad,
pueblo, iglesia… de tal manera que Dios pueda usarlo, transformarlo, para
darnos así, nuevos amigos, y así poder salvar a otras personas y aportar el
Espíritu a una parte de nuestra vida y del mundo, que necesitan la buena
noticia y la esperanza.
El evangelio habla de fieras, me impresiona que el
texto diga; que Jesús estuviera con ellas.
Esto me lleva a descubrir que tenemos fieras en nuestra vida…
cosas que aún no sabemos domesticar o controlar o que son diferentes y a veces
incluso aterradoras. Te invito hacer una
pequeña lista de las fieras que habitan en ti: ¿Qué fieras están vivas en tu
vida? y ¿que pueden hacer que sea bueno? Porque Dios quiere, como nos
dice la primera lectura, salvar todo y a todos. A veces se nos
olvida que todo lo que Dios ha creado es bueno…
La Cuaresma es el momento de hacer que todo sea
bueno de nuevo… El Arco Iris, señal de
la Alianza, es promesa de esperanza, y re-creación. Porque la Cuaresma es
la primavera de la tierra y de nuestros corazones….
Rubén Antonio González Medina, cmf.
Obispo de la Diócesis de Caguas
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