Comparto con ustedes esta hermosa oración que brota
del Evangelio de este domingo, tomados de un escrito de Javier Leoz.
“Sencilla pero emotiva oración la del leproso del
evangelio de este día: “si quieres”. Nunca, en tan pocas palabras y con tan
poca voz, encontramos la llave para llegarnos hasta Dios: la humildad. Fue,
entre otras, el picaporte que Él utilizó para entrar en el mundo: se hizo
hombre.
-Si quieres, Señor, envíame un poco de luz. Estoy
confundido. No acierto en la educación de mis hijos. Siembro y, lejos de
recoger, siego lo contrario.
-Si quieres, Señor, dame un puñado de esperanza. Me
produce ansiedad y hasta preocupación cuando, lo que me rodea, es contrario a
la misión que tú me encomiendas.
-Si quieres, Señor, haz que me sienta un mendigo.
Pero un mendigo de tu amor. Que tenga necesidad de Ti, tanta o más, como la
tuvo aquel leproso que, siendo rechazado por todos, humildemente te conquistó a
Ti.
Estamos tan acostumbrados a la oración que, en
muchas ocasiones, nos importa poco o nada tratar al mismo Dios de “tú”. Damos
un margen tan gigantesco a su misericordia (que la tiene) que, en ocasiones,
somos incapaces de reconocer esas afecciones internas (que afectan al alma, a
los pensamientos o al corazón) y que nos impiden estar en armonía con los que
nos rodean y también en comunión con el Señor.”
P. Rubén A. González Medina, c.m.f.
Obispo de la Diócesis de Caguas
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