jueves, 23 de febrero de 2012

Pensamiento Franciscano

Dice san Francisco: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Hay muchos que, perseverando en oraciones y oficios, hacen muchas abstinencias y mortificaciones corporales, pero, por una sola palabra que les parezca injuriosa para sus cuerpos o por alguna cosa que se les quite, escandalizados enseguida se perturban. Estos no son pobres de espíritu, porque quien es de verdad pobre de espíritu, se tiene en menos a sí mismo y ama a aquellos que lo golpean en la mejilla (Adm 14).

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