Alabanzas del Dios altísimo que compuso san Francisco después de su
estigmatización: «Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas... Tú
eres belleza, mansedumbre; tú eres protector, custodio y defensor nuestro; tú
eres fortaleza, refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, fe nuestra, caridad
nuestra, toda dulzura nuestra, vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor,
Dios omnipotente, misericordioso Salvador» (AlD 5-6).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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