El
evangelista san Lucas, en la escena de la Anunciación, escribe: «Y el nombre de
la Virgen era María». Benedicto XVI decía el 12 de septiembre de 2006:
«Celebramos hoy la fiesta del "Nombre de María". A quienes llevan
este nombre -mi madre y mi hermana lo llevaban- quisiera expresarles mi más
cordial felicitación por su onomástico. María, la Madre del Señor, recibió del
pueblo fiel el título de "Abogada", pues es nuestra abogada ante
Dios. Desde las bodas de Caná la conocemos como la mujer benigna, llena de
solicitud materna y de amor, la mujer que percibe las necesidades ajenas y,
para ayudar, las lleva ante el Señor. Hoy hemos escuchado en el evangelio cómo
el Señor la entrega como Madre al discípulo predilecto y, en él, a todos
nosotros.
En todas las
épocas los cristianos han acogido con gratitud este testamento de Jesús, y
junto a la Madre han encontrado siempre la seguridad y la confiada esperanza
que nos llenan de gozo en Dios y en nuestra fe en él. Acojamos también nosotros
a María como la estrella de nuestra vida, que nos introduce en la gran familia
de Dios. Sí, el que cree nunca está solo».
Oración: Te pedimos,
Dios Todopoderoso, que a cuantos celebramos el nombre glorioso de santa María
Virgen, ella nos consiga los beneficios de tu misericordia. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
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