De la carta de san Francisco a un
ministro: «Si alguno de los hermanos, por instigación del enemigo, pecara
mortalmente, esté obligado por obediencia a recurrir a su guardián. Y todos los
hermanos que sepan que ha pecado, no lo avergüencen ni lo difamen, sino tengan
gran misericordia de él, y mantengan muy oculto el pecado de su hermano; porque
no necesitan médico los sanos sino los que están mal» (CtaM 14-15).
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres. Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
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